martes, 7 de abril de 2009

El día que Alfonsín visitó Altagracia

Cumplíamos 400 años desde que Juan Nieto recibiera la merced de estas tierras de parte del gobernador de las Provincias del Tucumán, Juan Ramírez de Velasco, allá por 1588. Tierras que fueron bautizadas con el nombre que actualmente con orgullo ostentamos por su segundo dueño, don Alonso Nieto de Herrera, en honor de la patrona de su pueblo natal, Garrovillas de Alconétar, en España.
Fue el 8 de abril de 1988. Altagracia estaba de fiesta, y recibíamos la visita del Presidente de la Nación, Raúl Ricardo Alfonsín. Nuestro intendente era Audino Vagni. Se levantó un palco en la explanada del museo jesuítico. Desde allí habló a la multitud que se había juntado para escuchar sus palabras. Había gente por todos lados, en la Plaza Solares no entraba un alfiler. Estaban todos presentes, sus seguidores y sus opositores. Era el primer presidente democrático después de años de dictadura militar, todos queríamos verlo.
Después de recorrer la Estancia Jesuítica, presidió una sesión extraordinaria del Consejo Deliberante, que se realizó en el Salón de Actos de la Casa Histórica, y luego de un almuerzo en su honor partió.
La visita fue corta, unas horas nada más, pero dejó su impronta en nuestra memoria.
Raúl Alfonsín, el 31 de marzo, a pocos días de cumplirse los 21 años de su histórica visita, nos dejó. Tenía 82 años. No voy a juzgar el desempeño de su gestión, no soy quien para hacerlo, se le podrán atribuir grandes aciertos y otros tantos errores. ¡Qué político no los ha tenido!
Sólo puedo decir que murió un hombre de bien, firme y leal a sus principios, a quien jamás se le ha achacado un hecho de corrupción. Sólo por eso merece mi respeto y el de todos los argentinos.
Hace casi 21 años Altagracia estaba de fiesta, hoy, como todo el país, está de luto.