“En Capilla de Alta Gracia, a 28 de marzo de 1780, en compañía de los RR. PP. Fray Bernardo Rospigliosi (doctor teólogo egresado de la Universidad de Trejo) y de Fray Fermín Oliva, ambos mercedarios y que habían concurrido a celebrar la Semana Santa, yo el Cura y Vicario, enterré el cuerpo de Lucía Trejo, negra de esta Estancia de Alta Gracia. Murió con todos los sacramentos, y según declaraciones jurídicas que por orden de su majestad se tomaron, de edad 176 años o de 178: pues se desprende de las declaraciones de la famosa negra, que debió nacer en 1602 o 1604. Fue esclava y conoció al Ilmo. Sr. Trejo, Obispo de esta provincia que falleció en 1614. Y para que conste firmo: Dr. Juan Justo Rodríguez”.
R. P. Pablo Cabrera
(“Tríptico Histórico)
Lucía Trejo, fue una negra liberta del Obispo Fray Fernando de Trejo y Sanabria, fundador de la Universidad de Córdoba, y que sirviera bajo sus órdenes por largos años, nació en Córdoba. Como era costumbre en esa época, había tomado el apellido de su patrón, como propio, y hasta asistió a los funerales del ilustre Obispo, pues por entonces contaba alrededor de doce años de edad.
Cuando se la interrogaba al respecto, contaba detalladamente los hechos, pues conservaba nítidas las circunstancias que giraban en torno a la muerte de quien, además de amo, le otorgara la libertad.
Desde entonces, hasta su muerte, vio pasar todos los aconteceres políticos e históricos de Córdoba. En sus últimos años y para asistir a misa era trasladada en una angarilla que sostenían dos negros que vivían como ella en Alta Gracia, en la Ranchería junto al Obraje jesuítico. Cuando las autoridades la interrogaban sobre su vida, quedaban sorprendidos con la lucidez con que solía evacuar tales consultas.
Murió en pleno dominio de sus facultades mentales.
Lucía Trejo, un caso de longevidad extraordinaria de Alta Gracia.
R. P. Pablo Cabrera
(“Tríptico Histórico)
Lucía Trejo, fue una negra liberta del Obispo Fray Fernando de Trejo y Sanabria, fundador de la Universidad de Córdoba, y que sirviera bajo sus órdenes por largos años, nació en Córdoba. Como era costumbre en esa época, había tomado el apellido de su patrón, como propio, y hasta asistió a los funerales del ilustre Obispo, pues por entonces contaba alrededor de doce años de edad.
Cuando se la interrogaba al respecto, contaba detalladamente los hechos, pues conservaba nítidas las circunstancias que giraban en torno a la muerte de quien, además de amo, le otorgara la libertad.
Desde entonces, hasta su muerte, vio pasar todos los aconteceres políticos e históricos de Córdoba. En sus últimos años y para asistir a misa era trasladada en una angarilla que sostenían dos negros que vivían como ella en Alta Gracia, en la Ranchería junto al Obraje jesuítico. Cuando las autoridades la interrogaban sobre su vida, quedaban sorprendidos con la lucidez con que solía evacuar tales consultas.
Murió en pleno dominio de sus facultades mentales.
Lucía Trejo, un caso de longevidad extraordinaria de Alta Gracia.