viernes, 19 de diciembre de 2008

Lucía Trejo, una gran longeva

“En Capilla de Alta Gracia, a 28 de marzo de 1780, en compañía de los RR. PP. Fray Bernardo Rospigliosi (doctor teólogo egresado de la Universidad de Trejo) y de Fray Fermín Oliva, ambos mercedarios y que habían concurrido a celebrar la Semana Santa, yo el Cura y Vicario, enterré el cuerpo de Lucía Trejo, negra de esta Estancia de Alta Gracia. Murió con todos los sacramentos, y según declaraciones jurídicas que por orden de su majestad se tomaron, de edad 176 años o de 178: pues se desprende de las declaraciones de la famosa negra, que debió nacer en 1602 o 1604. Fue esclava y conoció al Ilmo. Sr. Trejo, Obispo de esta provincia que falleció en 1614. Y para que conste firmo: Dr. Juan Justo Rodríguez”.
R. P. Pablo Cabrera
(“Tríptico Histórico)
Lucía Trejo, fue una negra liberta del Obispo Fray Fernando de Trejo y Sanabria, fundador de la Universidad de Córdoba, y que sirviera bajo sus órdenes por largos años, nació en Córdoba. Como era costumbre en esa época, había tomado el apellido de su patrón, como propio, y hasta asistió a los funerales del ilustre Obispo, pues por entonces contaba alrededor de doce años de edad.
Cuando se la interrogaba al respecto, contaba detalladamente los hechos, pues conservaba nítidas las circunstancias que giraban en torno a la muerte de quien, además de amo, le otorgara la libertad.
Desde entonces, hasta su muerte, vio pasar todos los aconteceres políticos e históricos de Córdoba. En sus últimos años y para asistir a misa era trasladada en una angarilla que sostenían dos negros que vivían como ella en Alta Gracia, en la Ranchería junto al Obraje jesuítico. Cuando las autoridades la interrogaban sobre su vida, quedaban sorprendidos con la lucidez con que solía evacuar tales consultas.
Murió en pleno dominio de sus facultades mentales.
Lucía Trejo, un caso de longevidad extraordinaria de Alta Gracia.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Enrique Larreta



Enrique Rodríguez Larreta, nació en Buenos Aires el 4 de marzo de 1875, y muere en esa misma ciudad el 6 de julio de 1961. Era miembro de una antigua familia de fortuna y contrajo matrimonio con una hija de la más emblemática de las familias aristocráticas de nuestro país, la de Anchorena. Estudió Derecho y trabajó como profesor de historia. Se desempeñó como embajador en Francia y ante la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929. En los años 1915 y 1916, residió en Biarritz, Francia, y frecuentó Ávila, en España, donde actualmente una calle lleva su nombre. Se vinculó con Miguel de Unamuno, al que admiraba. Colaboró en publicaciones periodísticas de su época y estudió minuciosamente la historia española. Se nutrió literariamente de la antigüedad clásica y del Siglo de Oro español, tema que lo obsesionaba.
En 1896 apareció su primera novela, “Artemis”, ambientada en la Grecia antigua. En 1908 publicó “La gloria de Don Ramiro”, reconstrucción histórica y literaria de la España del siglo XVII. Esta novela incomparable, de estilo lírico y arcaico, logró notable repercusión. En 1926, editó “Zogoibi”, que significa “el desventurado”, apodo con que fue conocido el rey Boabdil tras la pérdida de Granada; y en 1953, “Gerardo o la torre de las damas”. Zogoibi se ambienta en la Provincia de Buenos Aires y retrata la vida de las estancias argentinas a principios del siglo XX, contando la nostalgia de la aristocracia por los tiempos idos, en contraste con la vida sencilla de los campesinos. Escribió ensayos sobre la actualidad española, agrupados en “Las orillas del Ebro”, y el libro de sonetos “La calle de la vida y de la muerte”. También fue autor de las obras de teatro “La que buscaba don Juan”, “El linyera”, “Santa María del Buen Aire”, “Pasión de Roma” y “Las dos fundaciones de Buenos Aires”.
Fue miembro de la Real Academia Española y de la Academia Argentina de la Historia. Su casa de estilo renacentista español, en el barrio residencial de Belgrano, en Buenos Aires, es actualmente un notable museo. Ubicada en la que fuera alguna vez zona de quintas de veraneo, tiene un jardín de alcázar andaluz, único en su estilo en Buenos Aires. Allí puede apreciarse el mobiliario y las colecciones de obras y objetos de arte que testimonian su pasión por España.
Enrique Larreta fue un enamorado de Alta Gracia y sus alrededores. En 1918 le compró al político cordobés José Aguirre Cámara, el campo “El Potrerillo”, un antiguo dominio jesuita. Allí levantó una casa de estilo colonial de dos plantas con una capilla. Y como para dejar su sello, con sus propias manos y con arcilla del lugar esculpió la imagen de la Virgen de la Merced que hasta el día de hoy se conserva en el mismo sitio. Su nieto mayor y amigo, Ignacio Zuberbühler, cuenta que una tarde caminando por el lugar le dijo: “Alguna vez van a tener que lotear esto y ponerle de nombre El Potrerillo de Larreta”, un deseo que el tiempo y la familia se encargaron de concretar.






Fotos de la capilla y casa en "El Potrerillo"